viernes, 17 de mayo de 2013

~Como el día y la noche~

Un día nuevo tras la noche oscura, algo que hacía falta, algo que necesitaba, que estaba por llegar. Un soplo de aire nuevo, aire fresca, un reseteo a un cerebro cansado y aburrido de ser quien era, de interpretar un papel que le quedaba demasiado grande. Tras la noche, viene el día; tras la tormenta, viene la calma. Hora de empezar, lejos, muy lejos, más allá de donde me lleven los pies, al otro lado del Muro, más allá de Mordor, dejando atrás la escuela, esta escuela de la vida que me ha enseñado muchas cosas...buenas y malas... pero muchas cosas al fin y al cabo. Es hora de cambiar de escuela, cambiar de vida, cambiar el papel, cambiar la máquina con la que escribo mi historia pues la tinta ya esta estropeada y ha destrozado la máquina.

Hace unos días compré una nueva, bonita, complicada, algo estrafalaria e incluso arrogante, pero esta es la que me gusta, esta es con la que hoy escribo las letras de mi nueva vida, llena de ganas, ilusión y fantasías, llena de esperanzas, de sueños, de deseos y de ganas de pisotear a quien se intente poner en mi camino. No hay nada más que pensar pues la decisión fue escrita muchas páginas atrás, es el momento de empezar mi camino desde cero, sin piedras, sin agujeros, sin trampas y sin ilusiones rotas. No más promesas vacías, no mas palabras huecas, no más mentiras detrás de la oreja.

No es fácil, tampoco imposible. Ganas: un millón. Piedras en el camino: infinitas que apartar.

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