viernes, 13 de mayo de 2011

~XYJane~ [Cap. 2]

-Al final te saliste con la tuya, era una chica guapa -decía Kaori mientras miraba con malicia a Ryo.


-Es guapa, eso no lo dudo, pero es muy extraña..¡se parece a ti! -pone cara de terror- Por nada del mundo quiero tener dos Kaoris, por muy guapa que sea la otr... -antes de poder terminar la frase tenía un enorme mazo de 1.000 toneladas sobre su cabeza dejándole incrustado en el suelo-


-Sea como sea tendrás que ir esta tarde de nuevo, ¿quieres que vaya yo contigo? -coge el mazo dejándole aún con la cara medio aplastada-


-Ehhh -dice mareado por el golpe colocándose algunas tiritas en la frente- no hace falta, tu mejor te quedas aquí.


-Mas te vale no hacerle nada a esa pobre chica.. si no.. -alza de nuevo el mazo-


-¡¡Tranquila Kaori, lo he entendido!! Nada de mokkoris, prometido -mientras habla cruza los dedos a su espalda.



Al día siguiente el cielo estaba nublado dando un peor aspecto a aquellas calles, si en un día soleado nadie se atrevería a andar por allí, en un día como aquel todos se quedaban en casa refugiándose de sus temores. Los callejones eran mas oscuros de lo normal haciendo ver sombras extrañas en los resquicios de las paredes, un gato dejó caer un cubo de basura alertando por unos momentos a Ryo quien intentaba mantenerse sereno, algo casi imposible con ese ambiente decaído.


-¡Aloha viejo! -una mano se le posó fuertemente sobre el hombro haciéndole dar un pequeño salto, al sentirlo ella comenzó a reirse- Parece que hayas visto un fantasma, tío -continuó riendo- ¿y tu eres el que me va a proteger? -frente a Ryo se posicionó Jane, esta vez llevaba el pelo recogido en una coleta de la que colgaban un par de trenzas pequeñitas, las puntas de algunas de ellas quedaban ocultas dentro de su viejo abrigo marrón.


-Solo es que este barrio da escalofríos -dice sintiendo ese frío helado recorriéndole la nuca-


-No te creas, cuando llevas cierto tiempo aquí te das cuenta que estos dias son los mejores -sonríe encogiéndose de hombros- solo tienes que saber en que sitios debes estar y en cuales no -tras comentar esto le da un empujón para que ande- vamos a la heladería, allí podremos hablar tranquilamente.


Ella anda despreocupada moviendo los brazos infantilmente mirando alternativamente a las casas derruidas mientras Ryo miraba a todos lados incómodo, era la segunda vez que estaba en aquel barrio y no le inspiraba la mínima confianza. No tardaron demasiado en llegar a la heladería, una vez dentro Ryo se fijó en que había un hombre detrás de la barra que le miró con cara de no muchos amigos.


-Lo de siempre, cariño -dijo Jane nada mas entrar y sentarse en una de las sillas que tenían mesas- al nuevo ponle algo suavito, tu me entiendes -dice con una sonrisa burlona mirando a Ryo-


-Vaya, pareces una persona totalmente diferente a la de ayer, ¿que te ha ocurrido?


-¿Y si fuera una persona diferente a la de ayer? -alza una ceja insinuante-


-A no ser que seas la gemela malvada...¡que no estaría mal tener a unas gemelas de clientas! -vuelve a tener su risilla particular-


-Serás imbécil -ríe divertida ignorando sus intenciones-


-Mi Jane es una chica muy...particular -Charles, el dueño de la heladería, le sonríe mientras deja dos helados sobre la mesa-


-¿Debo preocuparme? -dijo Ryo mirando a ambos con cara de circunstancias esperándose con miedo una segunda Kaori.


-Tranquilo, no hay nada de que preocuparse -ríe con diversión- ya me iras conociendo con el tiempo y te darás cuenta de que soy...espacial -sonríe abiertamente-


-¿Espacial? -se extraña aún más


-Todo a su debido tiempo, grandullón, todo a su debido tiempo -sonríe con picardía comiéndose una gran chucharada de su helado-


-Esta bieeen, esta bieeen -resopla un poco probando su helado- pues está rico -se lo come a grandes cucharadas teniendo un pequeño pique con Jane en el que al final gana ella gracias a su práctica-


-Aficionado -ríe dejando a un lado su copa- bueno, gilipolleces aparte, pongámonos serios...¡hay que matar gente! -Ryo al oirla se le atraganta un poco el helado-


-Si, vale, eso tenemos claro pero.. ¿por qué?


-Porque...me han destrozado la vida -Jane alza la vista mirando a Ryo con unos ojos totalmente distintos a los que hace unos segundos le habían mirado, el violeta intenso de su mirada se había apagado, ahora apenas brillaba-


-¿Tanto daño te han hecho? -pregunta mirándola seriamente-


-Demasiado, más del que cualquier persona normal podría haber soportado...creo que esa es la causa de mi, bueno, idas de olla casuales y demás -se encoge de hombros volviendo a sonreir como antes- por eso quiero descuartizarlos y comérmelos poquito a poquito uno por uno, sacarles el cerebro por la nariz cuando aún estén vivos y por supuesto sacarles los ojos con una cuchara para luego comérmelos con rico helado de Charles -le saluda animadamente-


-Cl-claro -una enorme gota baja por la frente de Ryo mientras un cuervo vuela por detrás dibujando tres puntos en el aire-


-Oye Jane, ¿quien es este tipo? -le comentó Charles con cierto cariño como si Ryo no estuviese delante-


-Tranquilo, Charles, él me ayudará con los científicos, he oído que es el mejor -esto hace que Ryo se infle de orgullo-


-¿Ah si? Pues mas le vale ser el mejor y que nadie haga daño a mi pequeña si no...-mira a Ryo desafiante- el próximo helado de cerebro lo haré con el tuyo


-¡¡Charlieee!! -con los ojos brillantes Jane se levanta de la silla abrazando a Charles y levantándolo en peso sin ningún esfuerzo (cabe recordar que Charles no era un señor canijo, si no mas bien ancho y barrigudo, había que ser algo “espacial” para poder levantarle)


-Vale vale -dijo Ryo aún con la gotita en la frente la cual aumentó al ver como Jane, que aparentaba ser una debilucha bajo aquel desgastado abrigo, podía con el gran Charles- y eso es... ¿por que eres espacial?


-¡Lo vas pillando, tío! -le da un fuerte manotazo en el hombro dejándole marca-


-Pobre de mi -se toca donde le había dando resoplando con resignación- resumiendo tengo que matar a esos tíos porque te destrozaron la vida¿no es eso lo que me has explicado?


-Si es que eres imbécil, chaval -comenta Charles con rudeza-


-Vamos, no seas duro con él, déjame a mi, cielo -le sonríe echándolo como quien dice de su propio local- a ver, escúchame bien, quiero que te encargues de esos tios porque...quieren secuestrarme -suspira- como hicieron hace ya muchos años.


-¡Ves! Esto es otra cosa.. entonces -comienza a sonreir de forma perversa- necesitaré estar vigilándola las 24 horas del día.


-Tampoco es necesario eso, solo con un par d....


-Discrepo, no debo perderme ni un minuto de tu día a día para ver a esos bandidos y acabar con ellos de una vez por todas, así que me temo que tendremos que vivir juntos, dormir juntos...ya sabes, ¡para que no te ocurra nada! -comienza a escapársele la risa pervertida-


-Pero.. -mientras que Ryo habla y hace sus declaraciones Jane revolotea por su mente intentando ordenar un poco esa opción- si vives conmigo vivirás como un mendigo que lo sepas, además mi casa es muy pequeña y no entraremos los dos...


-¡Mi piso está perfecto! -le agarra las manos con alegría- ¡Vamos! No se hable mas, ve a por tus maletas, te espero en la estación de Shinjuku dentro de una hora.


-Pe... -no le dió tiempo a contestar cuando ya Ryo había volado por la puerta y corrçia calle arriba.


-Espero haber acertado... no se quien está peor de los dos -Jane se encogió de hombros saliendo dirección a casa-


domingo, 8 de mayo de 2011

~XYJane~ [Cap. 1]

Aproximadamente serían las 10 de la mañana de un día cualquiera del mes de mayo, el tránsito de personas en la famosa estación de Shinjuku era especialmente movido, todo el mundo parecía ir con prisas esa mañana. Frente al enorme tablón de anuncios una chica pelirroja bostezaba mientras leía adormilada la información que había escrita tras unas grandes “XYZ”.


-Vaya sitios mas extraños escogen estos clientes.. -murmuró antes de salir de la estación con cierto ánimo.



A pesar de que el sol ya llevaba en el cielo muchas horas, el piso tronaba y casi temblaba de los estruendosos ronquidos que producía aquel chico. Abierto de brazos y piernas y totalmente desnudo se hallaba dormido Ryo Saeba, como era costumbre.


La puerta de la casa se abrió bruscamente cuando Kaori entró con un enorme mazo de 1.000 toneladas en los brazos.


-¡Ryo! ¡Arriba, tenemos trabajo! -gritó con voz amenazante


Una pequeña pompita de mocos que salía de la nariz de Ryo se rompió despertándole, en su subconsciente había escuchado a Kaori y sabía que si no se levantaba enseguida podría sufrir las consecuencias.


-Que molesta eres, Kaori -dijo saliendo fuera vestido con una camiseta blanca y unos boxers- ¿quién es el cliente esta vez? -comentó mientras bostezaba y se sentaba en el banco junto a la mesa


-Pues a ver.. es.. alguien -se rasca la nuca con cara de circunstancia


-¿Alguien? ¿No hay nombre ni nada? Recházalo, si no es una chica guapa no lo quiero -se cruza de brazos mirando a otro lado con los mofletes inchados-


-¡No podemos rechazarlo, Ryo! Necesitamos el dinero, gracias a tus vicios nocturnos estamos casi en bancarrota -le mira con mala cara- En el tablón ponía Scarecrow... y decía que le buscásemos esta noche a las 8 en la heladería de la calle Yoyogi.


-Buf.. ¿eso no está en los suburbios? -al oir eso Kaori asintió- Definitivamente no voy a aceptarlo -al oir esto sacó su mazo de 1.000 toneladas alzándolo con brusquedad- ¡esta bien! ¡Esta bien! Iré.. -dice asustado- y.. ¿no dice nada más?


-No, supongo que te conocerá.. o eso o que no va mucha gente por allí.


-En vaya líos me metes -suspira apoyando la cabeza sobre la mesa.



Edificios derruidos rodeaban la heladería, la cual tenía un aspecto poco favorable. En su fachada colgaba un cartel medio caído que anunciaba su apertura hasta las 10 de la noche. El reloj acababa de marcar las 8 en punto cuando puso un pie en la heladería, dentro el aspecto no mejoraba, en el centro había un par de mesas solitarias y en la barra 4 banquetas oxidadas, las paredes estaban decoradas con viejos cuadros llenos de polvo, empeorando mas aún el aspecto del local. En la banqueta que estaba situada mas cerca de la nevera había una figura sentada, estaba encapuchada así que no se podía distinguir si era hombre o mujer. Aún sin fiarse mucho se acercó hacia aquel desconocido sentándose a su lado.


-Scarecrow -la capucha asintió sin pronunciar palabra poniendo en alerta a Ryo-


-No es necesario que se ponga nervioso, Sr. Saeba -habló con una voz ronca en la que tampoco se podía percibir si era hombre o mujer- solo quiero contratar su servicio... necesito que.. acabe con ciertas personas.


-Deberá saber que mis servicios no son baratos -habla con seriedad escudriñando en la oscuridad que rodeaba su rostro


-Pagaré lo que sea necesario para que acabe con ellos -aprieta levemente los puños y se levanta para coger una bolsa de cuero que estaba guardada dentro de la barra- espero que esto sea suficiente... de momento -le pone la bolsa frente a él, dentro había billetes de todas partes del mundo haciendo extrañarse a Ryo


-Esta bien.. -vuelve a mirarle con sospecha- pero antes...déjeme ver quien es usted.


-¡No! .. Eso no es necesario, debe acabar con ellos enseguida -aparta la cara mirando hacia otro lado


-Si no, me temo que no podré ayudarle -comenta cuando con rapidez tira de la capucha dejándole al descubierto-


-¡Seras capullo! -una hermosa chica de ojos violeta y cabellos negros le devuelve la mirada con cierto enfado- ¿Quién te ha dicho que puedes quitarme la capucha? -da con la palma de la mano en la barra-


-Pero que... -por un momento se quedó paralizado al ver su aspecto- ¡eres una chica! -una gran sonrisa se dibujó en su rostro- señorita, no se preocupe -volvió a poner el gesto sereno aunque se adivinaba un deje de sonrisa pervertida- yo me encargaré de esos tipos.


-¡Genial! -agradecida por su ayuda olvida el enfado y sonríe- bueno, ya es inútil tanta parafernalia -se quita la capa dejando ver unas ropas anchas y raídas, parecían rescatadas de un cubo de basura- por cierto -alza el dedo apuntándole- deberá saber que esos capullos no son personas normales


-Eso no es problema para mi -le dice mientras piensa “vaya desperdicio..mira que vestirse con esas ropas”- acabaré con ellos, por algo soy el gran City Hunter -se infla de orgullo-


-Supongo que esto no es de juguete ¿verdad? -dice mientras abre su chaqueta y coge su revolver ignorando por completo su comentario- dudo que cacharros como este sirvan contra esos tipos.


-¡Oye oye! -le quita la pistola- Eso ya lo veremos -sonríe de medio lado- ¿tan geniales son esos tíos?


-No son geniales...son monstruos -cierra los puños con fuerza- juegan a ser dioses mientras se pavonean por sus grandes bases...mientras juegan con el futuro de personas inocentes... ¡son despreciables! -da un golpe a la barra rompiéndola y atravesándola, Ryo al ver esto se asusta apartándose-


-Tranquila tranquila -nota mental “no enfadarme con esta chica”- oye.. ¿cómo... cómo has hecho eso? -señala el mármol roto algo tembloroso-


-Eso es algo que te contaré en otro momento -sonríe con malicia- te veré mañana aquí, a la misma hora. -Tras decir esto recoge su capa y sale fuera dejando a Ryo totalmente desconcertado.


~Scarecrow~

jueves, 5 de mayo de 2011

~Bienvenida a casa~

Las últimas luces se pierden en el horizonte mientras la luna, sonriente, te saluda a tu derecha.


El concierto empieza, los grillos te animan a que te quedes con ellos un rato más mientras te deleitan con una hermosa melodía.


El aire comienza a ser dulce, cuando te das cuenta.. la Dama de Noche te ha embriagado con su aroma hipnotizante.


Y es en estos momentos cuando una voz lejana en tu mente te habla.. y te da la bienvenida a casa.



~Scarecrow~

lunes, 2 de mayo de 2011

|[Neones quebrados]| ~J x R~

El cielo apuntaba otra noche lluviosa, callejones oscuros y vacíos, como era de esperar en su barrio. Una figura oscura aguardaba en la puerta de su chabola, a pesar de que era tarde y que su figura no pintaba bien, se acercó decidida sin vacilar ni un momento.

-¿Buscas tu final, forastero?

-Busco a una estrella perdida entre tanta oscuridad...


Un cálido beso sucedió a una caricia y una sonrisa. Dentro la pobreza cobraba un nuevo término, la salita estaba decorada con un par de sillas y un sillón con aspecto viejo y desgastado, en la habitación de al lado un pequeño fuego servía para cocinar y al otro lado una oscurecida habitación dejaba ver una vieja cama cubierta por una colcha raída.


-Bienvenido a mi mundo -se encogió de hombros mirándole tiernamente.

-He estado en tugurios peores -le devolvió la sonrisa y la agarró por la cintura atrayéndola hacia él, quedando muy cerca pero sin llegar a besarla- tenía que admitir que te echaba de menos...-dicho esto la besó sin descanso.


Aquella noche no hubo sábanas de seda ni trajes de gala, tampoco hubo grandes comidas ni bebidas. Una vieja colcha cubría sus cuerpos desnudos llenos de caricias y suspiros. Una tímida sonrisa se dibujaba en sus labios, nuevos recuerdos...nuevas historias que contar al mundo, a sus paredes, aquellas paredes que recordarían la historia para siempre.






~Jane Scarecrow~