-Al final te saliste con la tuya, era una chica guapa -decía Kaori mientras miraba con malicia a Ryo.
-Es guapa, eso no lo dudo, pero es muy extraña..¡se parece a ti! -pone cara de terror- Por nada del mundo quiero tener dos Kaoris, por muy guapa que sea la otr... -antes de poder terminar la frase tenía un enorme mazo de 1.000 toneladas sobre su cabeza dejándole incrustado en el suelo-
-Sea como sea tendrás que ir esta tarde de nuevo, ¿quieres que vaya yo contigo? -coge el mazo dejándole aún con la cara medio aplastada-
-Ehhh -dice mareado por el golpe colocándose algunas tiritas en la frente- no hace falta, tu mejor te quedas aquí.
-Mas te vale no hacerle nada a esa pobre chica.. si no.. -alza de nuevo el mazo-
-¡¡Tranquila Kaori, lo he entendido!! Nada de mokkoris, prometido -mientras habla cruza los dedos a su espalda.
Al día siguiente el cielo estaba nublado dando un peor aspecto a aquellas calles, si en un día soleado nadie se atrevería a andar por allí, en un día como aquel todos se quedaban en casa refugiándose de sus temores. Los callejones eran mas oscuros de lo normal haciendo ver sombras extrañas en los resquicios de las paredes, un gato dejó caer un cubo de basura alertando por unos momentos a Ryo quien intentaba mantenerse sereno, algo casi imposible con ese ambiente decaído.
-¡Aloha viejo! -una mano se le posó fuertemente sobre el hombro haciéndole dar un pequeño salto, al sentirlo ella comenzó a reirse- Parece que hayas visto un fantasma, tío -continuó riendo- ¿y tu eres el que me va a proteger? -frente a Ryo se posicionó Jane, esta vez llevaba el pelo recogido en una coleta de la que colgaban un par de trenzas pequeñitas, las puntas de algunas de ellas quedaban ocultas dentro de su viejo abrigo marrón.
-Solo es que este barrio da escalofríos -dice sintiendo ese frío helado recorriéndole la nuca-
-No te creas, cuando llevas cierto tiempo aquí te das cuenta que estos dias son los mejores -sonríe encogiéndose de hombros- solo tienes que saber en que sitios debes estar y en cuales no -tras comentar esto le da un empujón para que ande- vamos a la heladería, allí podremos hablar tranquilamente.
Ella anda despreocupada moviendo los brazos infantilmente mirando alternativamente a las casas derruidas mientras Ryo miraba a todos lados incómodo, era la segunda vez que estaba en aquel barrio y no le inspiraba la mínima confianza. No tardaron demasiado en llegar a la heladería, una vez dentro Ryo se fijó en que había un hombre detrás de la barra que le miró con cara de no muchos amigos.
-Lo de siempre, cariño -dijo Jane nada mas entrar y sentarse en una de las sillas que tenían mesas- al nuevo ponle algo suavito, tu me entiendes -dice con una sonrisa burlona mirando a Ryo-
-Vaya, pareces una persona totalmente diferente a la de ayer, ¿que te ha ocurrido?
-¿Y si fuera una persona diferente a la de ayer? -alza una ceja insinuante-
-A no ser que seas la gemela malvada...¡que no estaría mal tener a unas gemelas de clientas! -vuelve a tener su risilla particular-
-Serás imbécil -ríe divertida ignorando sus intenciones-
-Mi Jane es una chica muy...particular -Charles, el dueño de la heladería, le sonríe mientras deja dos helados sobre la mesa-
-¿Debo preocuparme? -dijo Ryo mirando a ambos con cara de circunstancias esperándose con miedo una segunda Kaori.
-Tranquilo, no hay nada de que preocuparse -ríe con diversión- ya me iras conociendo con el tiempo y te darás cuenta de que soy...espacial -sonríe abiertamente-
-¿Espacial? -se extraña aún más
-Todo a su debido tiempo, grandullón, todo a su debido tiempo -sonríe con picardía comiéndose una gran chucharada de su helado-
-Esta bieeen, esta bieeen -resopla un poco probando su helado- pues está rico -se lo come a grandes cucharadas teniendo un pequeño pique con Jane en el que al final gana ella gracias a su práctica-
-Aficionado -ríe dejando a un lado su copa- bueno, gilipolleces aparte, pongámonos serios...¡hay que matar gente! -Ryo al oirla se le atraganta un poco el helado-
-Si, vale, eso tenemos claro pero.. ¿por qué?
-Porque...me han destrozado la vida -Jane alza la vista mirando a Ryo con unos ojos totalmente distintos a los que hace unos segundos le habían mirado, el violeta intenso de su mirada se había apagado, ahora apenas brillaba-
-¿Tanto daño te han hecho? -pregunta mirándola seriamente-
-Demasiado, más del que cualquier persona normal podría haber soportado...creo que esa es la causa de mi, bueno, idas de olla casuales y demás -se encoge de hombros volviendo a sonreir como antes- por eso quiero descuartizarlos y comérmelos poquito a poquito uno por uno, sacarles el cerebro por la nariz cuando aún estén vivos y por supuesto sacarles los ojos con una cuchara para luego comérmelos con rico helado de Charles -le saluda animadamente-
-Cl-claro -una enorme gota baja por la frente de Ryo mientras un cuervo vuela por detrás dibujando tres puntos en el aire-
-Oye Jane, ¿quien es este tipo? -le comentó Charles con cierto cariño como si Ryo no estuviese delante-
-Tranquilo, Charles, él me ayudará con los científicos, he oído que es el mejor -esto hace que Ryo se infle de orgullo-
-¿Ah si? Pues mas le vale ser el mejor y que nadie haga daño a mi pequeña si no...-mira a Ryo desafiante- el próximo helado de cerebro lo haré con el tuyo
-¡¡Charlieee!! -con los ojos brillantes Jane se levanta de la silla abrazando a Charles y levantándolo en peso sin ningún esfuerzo (cabe recordar que Charles no era un señor canijo, si no mas bien ancho y barrigudo, había que ser algo “espacial” para poder levantarle)
-Vale vale -dijo Ryo aún con la gotita en la frente la cual aumentó al ver como Jane, que aparentaba ser una debilucha bajo aquel desgastado abrigo, podía con el gran Charles- y eso es... ¿por que eres espacial?
-¡Lo vas pillando, tío! -le da un fuerte manotazo en el hombro dejándole marca-
-Pobre de mi -se toca donde le había dando resoplando con resignación- resumiendo tengo que matar a esos tíos porque te destrozaron la vida¿no es eso lo que me has explicado?
-Si es que eres imbécil, chaval -comenta Charles con rudeza-
-Vamos, no seas duro con él, déjame a mi, cielo -le sonríe echándolo como quien dice de su propio local- a ver, escúchame bien, quiero que te encargues de esos tios porque...quieren secuestrarme -suspira- como hicieron hace ya muchos años.
-¡Ves! Esto es otra cosa.. entonces -comienza a sonreir de forma perversa- necesitaré estar vigilándola las 24 horas del día.
-Tampoco es necesario eso, solo con un par d....
-Discrepo, no debo perderme ni un minuto de tu día a día para ver a esos bandidos y acabar con ellos de una vez por todas, así que me temo que tendremos que vivir juntos, dormir juntos...ya sabes, ¡para que no te ocurra nada! -comienza a escapársele la risa pervertida-
-Pero.. -mientras que Ryo habla y hace sus declaraciones Jane revolotea por su mente intentando ordenar un poco esa opción- si vives conmigo vivirás como un mendigo que lo sepas, además mi casa es muy pequeña y no entraremos los dos...
-¡Mi piso está perfecto! -le agarra las manos con alegría- ¡Vamos! No se hable mas, ve a por tus maletas, te espero en la estación de Shinjuku dentro de una hora.
-Pe... -no le dió tiempo a contestar cuando ya Ryo había volado por la puerta y corrçia calle arriba.
-Espero haber acertado... no se quien está peor de los dos -Jane se encogió de hombros saliendo dirección a casa-