lunes, 14 de enero de 2013

~Over and over again~

Una noche más viene el insomnio a mi cuerpo, por lo que se ve ya tiene acceso directo, se cuela en mi interior y devora el sueño como un parásito, un virus que he de exterminar. Son las letras mis acompañantes en estas noches encantadas, gracias a ellas siempre estoy acompañada.

Se fijan nuevos horizontes para mi, nuevas metas que alcanzar, nuevos retos y juegos del azar. Ya olvidé el temor que sentía ante la adversidad de lo nuevo, aprendí a valorar lo que importa y a desechar lo que no me hace bien. Ahora mis ojos son un poco más sabios y me advierten sobre el mundo que se extiende a lo lejos. El diablo acecha en cualquier esquina, por eso nunca debes bajar la espada. No luches en vano, es inútil cansarse por la causa perdida y ya debes saber cuando es suficiente. Las cosas han cambiado para mi y he de decir que me alegro de ello. Gracias a estos cambios hoy soy una persona diferente a la de ayer y mañana seré diferente a la persona que soy hoy pero no por eso hay que entristecer pues la evolución es buena y nos hace crecer. Estoy contenta porque solo aquellos por los que merecen la pena luchar caminan hoy a mi lado,  no es tiempo de llorar a los caídos pues cada uno de ellos habían tenido su oportunidad, no es culpa de nadie que no supiesen valorar la verdad.

Para terminar debo agradecer que el insomnio no me deje en paz, gracias a él hoy pienso con claridad y veo un futuro mejor, sin manchas que borrar.

martes, 8 de enero de 2013

~Just a fairy tail~

Fue en la primera noche del año donde el chico nuevo de traje azul me contó un cuento, era un cuento antiguo que pensaba que nadie creería.

Debes caminar decidido entre la nieve hasta llegar al centro del parque, allí junto al árbol, entonces debes saltar alto, todo lo alto que tus piernas te lo permitan. ¡Agarra fuerte! -recuerdo que me sobresalté- Te darás cuenta que tus dedos se cierran sobre el metal, tira fuerte hacia el suelo si no tendrás que poner piedras en tus bolsillos; ante ti descenderá una escalera, solo tienes que ascender. Sin mirar abajo sigue subiendo, incluso cuando la escalera de caracol te haga la subida más simple, solo sigue ascendiendo. Sube, sube y sube. Cuando pises el último peldaño solo tendrás que mirar, allí en el cielo, pisando las nubes como una más. Sin miedo pisa el algodón ya que no podrás caer nunca, son tus amigas las nubes, las que te hacen soñar y volar al mismo tiempo. Solo camina unos pasos y frente a ti aparecerá a caja, allí serán donde todos tus sueños se harán realidad.

Solo pude sonreir a lo que el chico se extrañó, a media voz le confesé que ya vi la escalera que nunca termina, pisé las nubes que no te dejan caer y visité la caja de los deseos.

Ella fue la que me trajo hasta él.