lunes, 26 de noviembre de 2012

~Once upon a man...~

Érase un hombre...solo un hombre, un hombre que le enseñó el cielo.
Un hombre que le colgó una estrella del cuello.
Un hombre incansable como el movimiento de las olas.
Un hombre protector, un hombre sencillo a la vez que complicado.
Un hombre, su hombre.


Solo bastó con una noche para saber que era él, una noche juntos, frente al mar. Una noche difícil de explicar. La luna de fondo y dulces palabras, un abrazo a tiempo y al final...solo un beso.

sábado, 3 de noviembre de 2012

~Sueños de un loco desarrapado~

La taza de café permanece humeante sobre la mesa, espera, pues es lo único que puede hacer, espera a ser bebida, a que unos labios la rocen y la culminen. Pero eso no pasa. Su dueño está lejos, no tanto como para no verla pero lo suficiente como para no reparar en ella. Sus ojos permanecen cerrados, no están forzados, solo se dejan caer con suavidad, con equilibrio perfecto. No duerme. Piensa.

Las imágenes son confusas, sus sueños son extraños, parecen reales pero a su vez son artificiales. En todos ellos siempre está ella. ¿Quien es? No lo sabe. La recuerda, su pelo rojo como el fuego, adornado con trenzas y algunas cuentas de colores. Ella nunca repara en él. No lo ve. No existe para ella.

Siempre sonríe, aunque su vida dependa de un hilo, aunque no tenga ningún motivo por el que sonreir ella lo hace. No desiste. Siempre sobrevive. Una sonrisa que le llena de fuego, sus entrañas se estremecen solo con verla. Sensación que solo es superada cuando ve sus ojos, ojos intensos llenos de vida, de color violeta, del color de la vida.

Pero...¿por qué no me ve? Ella siempre mira al frente, nunca a su lado. Y allí está él. La acompaña a donde quiera que va, sigue cada uno de sus pasos, siempre le sonríe, siempre la anima. Quisiera abrazarla por siempre, decirle que nunca se irá. Pero ella no le ve.

¿Cómo te llamas? No hay respuesta. ¿De dónde eres? No hay respuesta. ¿Me dejas estar a tu lado por siempre? Nunca habrá respuesta.

Cuando abre los ojos la taza está vacía, alguien se la ha bebido. Su olor permanece allí. Una sonrisa se dibuja por los rincones junto al sonido de unos viejos zapatos y el brillo centelleante de unos ojos violetas.


~Yago Scarecrow~