Bueno, otro relato mas de la saga de Luna =)
~El final de nuestra historia~
Envuelta en su capa negra caminaba silenciosa la princesa por los largos pasillos del castillo, pero algo interrumpió su presurosa marcha, unos fuertes brazos la habían arrastrado hasta una habitación levemente iluminada. Al principio su desorientación era muy perceptible pero fueron esos hermosos ojos violetas cargados de un brillo siniestro los que le aclararon todas sus dudas.
-Buenas noches mi princesa- le dijo en tono pausado- ¿que asunto la tiene tan atareada y presurosa? - dijo mostrando su gélida sonrisa al acabar
- Buenas noches, Morok-Tar -hablo sin apartar la mirada de sus ojos- ¿pretende decir que no se ha enterado de una fiesta de tal magnitud como esta? - alzo una ceja medio divertida- si no estoy mal informada vienen demonios de todas las partes del mundo para celebrar mi regreso -le sonrió victoriosa
-Tenia constancia de ello -le devolvió la sonrisa creando el desconcierto en ella- pero, sabiendo que mi entretenimiento principal estará ocupado no me hace mucha gracia el asistir, por eso... -decía acercándose lentamente- decidí requisarla para mi solo
Ella al oír esto soltó una carcajadas
-Si me disculpas, el aquelarre esta apunto de comenzar- sin esperar a su reacción se dio la vuelta decidida a salir de la habitación pero las manos de el le rodearon la cintura impidiendo que avanzase.
-Amathyste... -le susurro al oído- ansias tanto como yo este momento... - al oír estas palabras su pelo comenzó a erizarse- dije que te esperaría..y el final de esa espera ya ha llegado..
Justo cuando termino de pronunciar la última palabra se abalanzó sobre su cuello sin dejar de acariciarla. Era inútil engañarse, desde que sus labios se posaron sobre su piel, todas las alarmas de la princesa se habían disparado como siempre lo hacían cuando estaba ante el. Muchos demonios podrían pasar por su cama, pero ninguno seria jamás como el. Guiada por sus manos se giro suavemente para encontrarse con sus calidos besos que la arropaban de nuevo, dándole la bienvenida a casa.
Suavemente deslizo la capa de los hombros de ella mostrando su cuerpo desnudo tan irresistible para el. Sus besos suaves y pausados se transformaron en besos apasionados llenos de fuerza. Con gran dificultad ella se deshacía de las ropas de el hasta que ambos quedaron completamente desnudos.
-¿Sabes el tiempo que llevo esperando esto? -le dijo muy agitado mientras le acariciaba la mejilla-
-Entonces...¿para que esperar mas?
Tras esto la subió en su cintura llevándola a la cama donde la poso suavemente y sin dejar de acariciarla se coloco sobre ella.
-Sus deseos son ordenes, princesa.
Esa noche un sinfín de gemidos y suspiros llenaron cada rincón del castillo, la lujuria y el placer se apoderaron una vez más de la noche haciendo que todo volviera a ser como antes.
