Solo quedaba el sonido de sus pasos en el callejón oscuro, pasos firmes que sabían donde ir… Al doblar la esquina una ola de luces la cegaba por completo...grandes carteles le anunciaban que su noche habia comenzado.
Era curioso pero sus pies andaban solos, conocían el lugar y no eran necesarias órdenes para seguir. Un callejón… otro callejón… las luces se arremolinaban en su cerebro…parecía ser que esa noche su destino no era certero…
Abatida se sentó en la acera… el color de sus ojos comenzaba a apagarse cuando unos fuertes brazos la rodearon… aquellos brazos que le brindaban un pequeño hogar donde vivir…
-No dejare que el brillo de tus ojos se apague jamás…
En ese momento sintió como su corazón le daba un vuelco… el la había encontrado, sus brazos… su poesía… todo volvía a estar bien ahora…
Tras largos paseos bajo las luces de neon ambos se retiran a su guarida donde aprenden a amar sin descanso…
Ella…
Ella…olvida el peligro, descansa bajo sus brazos, observa las estrellas que nadie mira, explora la luna… y la cara que a nadie deja ver…
[Esas son… sus felices noches de neon…]
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